La basura destruye los manglares y contamina las playas de Mazatlán

Carla González | El Sol de Mazatlán

7–9 minutos


Mazatlán, Sin.- Cada domingo, desde hace varias semanas, Ignacio Zatarain acude a la zona de mangle de la Isla de la Piedra en Mazatlán con el objetivo de generar un cambio ecológico, ya que esta parte del sitio turístico es muy diferente a la que se muestra a los visitantes: un ecosistema asediado por la basura.

El pescador y buzo de oficio realiza limpieza submarina junto con la organización medioambiental MazConCiencia. Con panga y costales de arpilla, juntos han logrado extraer cientos de kilos de residuos, principalmente plásticos.

También puedes leer: Buscan promover el uso eficiente y responsable del agua en Mazatlán

Hay una zona en especial en la que se acumulan los desechos, por el relieve de la isla se forma como una especie de “bolsa” y con los cambios de marea la basura contenida en el canal de navegación termina ahí atrapada.

En este lugar desembocan los esteros de Urías y del Infiernillo, dos humedales de gran importancia ambiental y ecológica para el municipio, pero que también son espacios naturales donde confluyen actividades socialeseconómicascomerciales e industriales donde muchas de las veces los desechos derivados de dichas actividades, ya sean sólidos o líquidos, van a dar a estos cuerpos de agua.

Los manglares y sus aportes

Los manglares son ecosistemas que se encuentran en zonas de transición entre ambientes acuáticos y terrestres, mencionó la doctora Olivia Millán Aguilarinvestigadora de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

La importancia de su preservación y conservación radica en los servicios ecosistémicos que brindan a la sociedad. Son productores de materia prima, además de funcionar como filtros naturales de contaminantes y barreras de protección ante efectos de huracanes y oleaje, sin olvidar que son hábitat de muchas especies.

Al ser vegetación de humedales, absorben gran parte del dióxido de carbono que se encuentra en la atmósfera, contribuyen al amortiguamiento del calentamiento global. Al momento de absorber el CO2 atmosférico es como si fuera una especie de enfriamiento, amortigua el calor”, mencionó.

Pero además tienen un valor estético al ofrecer atributos turísticos y un valor cultural, sobre todo en las comunidades ancestrales, por lo que representan para sus culturas y tradiciones; también son espacios de promoción para la educación y la investigación.

Sin embargo, los manglares se han visto reducidos gradualmente en términos de estado de salud y de extensión por el desarrollo urbano, industrialdescarga de contaminantes y pérdida de biodiversidad. Son muy sensibles a las modificaciones físicas y químicas y a la presencia de metales pesados, entre otros contaminantes orgánicos.

Caso Estero de Urías

El mundo está invadido de plástico, este material está presente en casi todos los productos y artículos que se utilizan día a día, pero el problema es que no hay un control en su consumo ni en el manejo y disposición final que se le da, ya que un gran porcentaje termina como basura en los ecosistemas. El impacto de contaminación por este tipo de material es fuerte.

Desde el Laboratorio de Ecosistemas y Variabilidad Climática de la Facultad de Ciencias del Mar de MazatlánVictoria Sabrina Pérez Hernández, estudiante de doctorado, y Millán Aguilar, realizan un proyecto de investigación en el Estero de Urías, un humedal que al igual que muchos otros en el país presenta problemas de contaminación muy notorios.

Estamos desarrollando una investigación, particularmente con microplásticos que se derivan de la fragmentación de los plásticos, en Urías está muy fuerte la situación, tenemos un conteo grande de plásticos que hemos hecho en áreas muy pequeñas para el estudio y hemos encontrado de todo tipo de plásticos”, dijo.

En el proyecto se trabaja con los microplásticos en el intervalo de uno a cinco milímetros, que por su tamaño y densidad son fácilmente transportados por el viento y corrientes de lluvia, depositándose en los sedimentos de los humedales.

Los objetos plásticos no conservan su forma original, producto de la radiación solarsalinidad del agua o flujos de marea, se empiezan a fragmentar cada vez en partículas más pequeñas y con el transcurso del tiempo se van incorporando al ecosistema terrestre y acuático.

Al estar dentro del sedimento empieza a crear microclimas, sube la temperatura afectando las raíces de las plantas y microorganismos; afecta la humedaddensidad del suelo, todas estas características repercuten en la microbiota (comunidad microbiana, en la fauna y vegetación de esa zona”, dijo Pérez Hernández.

Los plásticos pueden durar meses y meses en el ambiente, algunos materiales tardan hasta 300 años en degradarse.

Del estero a la mesa

Los esteros son reservas naturales para desarrollar la actividad pesquera pero, ¿qué pasa cuando las diminutas partículas de plástico son consumidas por la fauna del lugar, especialmente peces?

Hay un estudio grande que se hizo en el Estero de Urías, donde se capturaron diferentes especies, más de mil organismos de peces, para analizar microplásticos en el contenido estomacal y se encontraron un gran porcentaje”, detalló.

El pargo, jurel y curvina, fueron algunas especies estudiadas. Los resultados arrojaron que el microplástico afecta la salud de los organismos a través del sistema neurológico o locomotor, ya sea porque se ingiere como alimento o se acumuló en las branquias y en el tejido.

De manera indirecta, precisó Millán Aguilar, quienes adquieren pescados con estas condiciones pueden estar consumiendo microplástico, causando efectos al cuerpo humano, pues los plásticos también tienen un aporte químico por la forma en la que son elaborados que al liberarse en el organismo humano ocasionan daños renales, en el sistema nervioso, inhibiendo la reproducción celular, entre otros padecimientos.

Nosotros estamos analizando plásticos en el intervalo de 1 a 5 milímetros, es decir, todavía lo alcanzas a ver, pero esos plásticos todavía se están fragmentando más y están a un grado de ser nanoplásticos, ya no ser perceptibles a la vista y son probablemente los que están llegando en los alimentos que consumimos”, apuntó.

Colapso ambiental

El Estero de Urías, al igual que otros ecosistemas, puede sufrir un colapso ambiental si la tendencia de desarrollo urbanoindustrial y de contaminación no cambia en un periodo corto de tiempo.

Si se sigue con esas actividades como se llevan ahora con toda la carga antropogénica sin hacer cambios en los hábitos de consumo, el Estero de Urías puede llegar a un punto de colapso. La población no está disminuyendo, está aumentando, la carga humana es más grande y el plástico se utiliza para todo”, resaltó.

Los esfuerzos nunca van a ser suficientes, indicó, si los que generan esa basura no dejan de hacerlo.

En las exploraciones de campo se han encontrado todo tipo de plásticosmueblesmadera, cuerdas de barcos incrustadas en los sedimentosdefensas de carros, zapatossandalias e infinidad de envasesbotellas y contenedores de diferentes tamaños que en conjunto hacen un daño irreparable al ecosistema.

Datos

700 hectáreas de mangle existen en el Estero de Urías.

300 años tardan en degradarse algunos materiales que terminan como desechos en los esteros del puerto.

El proyecto

Victoria Sabrina Pérez Hernández es estudiante del Doctorado en Ciencias en Recursos Acuáticos en la Facimar; junto con la doctora Olivia Millán Aguilar, llevan a cabo un proyecto de investigación en el Estero de Urías donde se hace un conteo de microplásticos de acuerdo a una superficie determinada.

https://www.elsoldemazatlan.com.mx/local/la-basura-destruye-los-manglares-y-contamina-las-playas-de-mazatlan-9823646.html

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *