Pese a estar desbordado y contaminar severamente el ambiente por el mal manejo de los líquidos que genera la basura, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) se niega a clausurar de manera definitiva el relleno sanitario de Quecholac, que recibe basura de 22 municipios de la entidad y es operado por la empresa Sinergias Ambientales, del empresario José Yunes Soto.
Un grupo de ejidatarios de Santiago Tenango –donde se ubica el tiradero– encabezados por el comisariado, Alberto Zeferino Ibáñez, reveló que hace unos días la Profepa clausuró el relleno pero consideraron que no hay certeza de que el tiradero vuelva a operar bajo la norma ambiental, por lo que lo que se manifestaron en las oficinas de la delegación para exigirle a la instancia federal garantías de que la empresa no volverá a ensuciar más el ambiente.
Los ejidatarios se encuentran en la disyuntiva de que el relleno ya se cierre en su totalidad o permitir que siga su operación, bajo la condición de mitigue el daño ambiental.
Destacaron que en diciembre pasado pobladores de Quecholac y de Felipe Ángeles bloquearon el acceso al relleno sanitario, debido a que los camiones recolectores ensuciaban con líquidos venenosos las calles del primero de estos municipios.
Meses después, la Profepa clausuró el lugar por incumplir la norma respecto al manejo de residuos sólidos, la cual establece la construcción de celdas para un manejo correcto de los lixiviados.
Alberto Zeferino sostuvo que no es suficiente con la clausura, por lo que es necesario de la dependencia federal garantice que la empresa cumplirá con las normas.
Agregó que la contaminación está ahí presente debido a que los montones de basura alcanzan los 25 metros de altura sin ser tratados.
Asimismo, exigió un estudio profundo para determinar cuál es el impacto ambiental provocado por el tiradero, debido a que es muy probable que los lixiviados y sustancias venenosas ya hayan llegado a los pozos de riego de hortalizas.
Subrayó que es probable que estén contaminados los suelos del ejido donde se siembran hortalizas, frijol y maíz para la venta y autoconsumo, lo que afecta a 328 ejidatarios.
En otros momentos, pobladores de Quecholac han denunciado que el relleno sanitario está desbordado, debido a que no solo brinda servicio a municipios de Puebla, si no también de Tlaxcala y Veracruz.
Fueron ellos los que en diciembre pasado bloquearon la entrada al tiradero de desechos y exigieron su clausura debido a que los líquidos venenosos salen de las cinco hectáreas de extensión y contaminan terrenos particulares.
Medios de comunicación locales revelaron que el relleno sanitario es operado por Biosinergias Ambientales, de la cual es socio el empresario José Yunez Soto.
Cabe recordar que inicialmente, el relleno sanitario le brindaba servicio a los municipios de Quecholac, Tecamachalco y Felpe Ángeles pero en agosto de 2018 el Congreso del Estado autorizó a un total de nueve municipios concesionar el servicio de limpia por un periodo de 30 años a favor de la empresa Biosinergias Ambientales.
Entre estas demarcaciones se encuentran San José Chiapa, Mazapiltepec, Rafael Lara Grajales y Nopalucan, los cuales se encuentran dentro del área de Ciudad Modelo y la zona de Audi. En estos municipios la concesión es por 30 años.
Por un periodo similar el Congreso del estado -entonces con mayoría morenovallista-, avaló las concesiones en los municipios de Amozoc, Tepeaca, Tepatlaxco de Hidalgo y Oriental, mientras que en Acajete el contrato con Biosinergias Ambientales fue por 10 años.
La basura de todos estos municipios es llevada al relleno sanitario de Quecholac, controlado y operado por la empresa.