Noé Hipólito
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La diputada Vanesa Escalante Arroyo, integrante del grupo legislativo de Morena en el Congreso local, presentó una iniciativa que tiene la finalidad de crear un marco jurídico para que se regule a los recicladores en el estado de Hidalgo, al considerar que se debe dignificar la labor de los también conocidos como pepenadores.
Mediante la reforma, la morenista busca que las autoridades municipales deban tener un registro de personas dedicadas al reciclaje, el cual será abierto, público, voluntario y gratuito.
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De igual forma, se busca que los pepenadores participen en la elaboración del Programa Municipal de Prevención y Gestión Integral de Residuos Sólidos de cada ayuntamiento, así como el hecho que tanto demarcaciones como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del estado (Semarnath) los capaciten en materia de educación ambiental, separación de residuos sólidos urbanos y de manejo especial.
Foto: Especial
De acuerdo con datos presentados en la iniciativa, en el estado de Hidalgo existen aproximadamente 800 pepenadores directos, quienes no cuentan con ningún tipo de prestación laboral, derivado de que su forma de obtener recursos proviene de la separación que hacen en basureros y la recolección en calles.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que, hasta el corte más reciente, la cantidad promedio diaria de residuos sólidos urbanos recolectables en el estado es de mil 941 toneladas, de las cuales se puede aprovechar alguna parte a través de la selección de basura para reciclaje.
Foto: Óscar Sánchez
Irving Cruz | Pachuca
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En la colonia Santa Gertrudis, ubicada en Pachuca, se hallan diversos centros en los que se recibe y compra tereftalato de polietileno, mejor conocido como PET.
El PET es uno de los plásticos más usados para el envase de productos líquidos bebibles o para artículos químicos de limpieza, y su nobleza y mayoría de uso derivan de que es uno de los materiales con mayor potencial de reciclaje en el mundo.
En estos centros de acopio, cercanos al relleno sanitario de El Huixmí, se recibe el plástico, mientras que en otros se compra el material, para luego ser clasificado por tamaño, colores y contenido previo, con la finalidad de trasladarlo a un centro de reciclaje final.
En este último sitio, las botellas de plástico PET pueden ser convertidas en otros envases, hilos textiles, telas, bancas y una infinidad de productos gracias a la maleabilidad de este noble material.
